La danza de Matisse es uno de los cuadros más importantes del Hermitage, Matisse utilizó el color, las líneas y el ritmo para
conseguir la recreación de la libertad, la obra destaca por la
intensidad de los colores primarios utilizados, siendo aplicados directamente y sin mezclarlos con
otras tonalidades, con el fin de hacer desaparecer la profundidad. El dibujo
predomina sobre el color, marcando de forma precisa los contornos y las
siluetas de los personajes representados.